sábado, 6 de enero de 2018

Cuando éramos los mejores

 
         

   Quería encontrar algo relacionado con la historia del baloncesto y buscando en Internet me encontré con "Cuando éramos los mejores" era sábado 30 de diciembre y las posibilidades de comprar ese libro en un pueblo donde hay una o dos librerías a lo sumo eran remotas, por no decir inexistentes. Así que me contenté con leer algunas críticas del libro como la del País  o la de Mondosonoro y con descargar la muestra gratis en Kindle. Cuando terminé de leer la muestra me gustó tanto  que me compré el libro en formato electrónico y lo leí en el móvil.

         El libro cuenta las vivencias de Larry Bird y Earvin (magic) Johnson tan parecidos y a la vez  tan distintos, la relación de ambos desde la rivalidad a la amistad, el salto a la fama desde distintos puntos de vista, la importancia de ganar y de saber perder, el espíritu de trabajo, la pérdida como estímulo, los celos que generan los líderes.
 
        Me ha hecho reflexionar sobre las apariencias, lo fácil que es juzgar sin tener los elementos suficientes para hacerlo y lo mucho que nos podemos equivocar con esos juicios, pero siempre habrá algo, como en el caso de Bird y Johnson la grabación de un anuncio de zapatillas deportivas, que nos una, que nos de una segunda oportunidad. A veces pienso que todas las piezas encajan en un puzzle que no somos capaces de ver.

        Hoy en día parece que en nombre de la igualdad las comparaciones a varios niveles están mal vistas, sin embargo yo creo que son positivas. Siempre hay personas que te motivan a ser mejor, a esforzarte más y sin esas personas no seríamos lo que somos. La motivación y un alto nivel de exigencia también jugaron un papel importante en el éxito de Magic y Bird, como decían sus entrenadores: "Cuando creas que has hecho mucho, haz un poco más, porque seguro que hay alguien por ahí trabajando aún más duro que tú"

          El problema de ser muy exigente es que lo mismo que te exiges a ti, consciente o inconscientemente se lo exiges a los demás y no siempre obtienes la respuesta deseada. No todo el mundo está dispuesto a seguir jugando con una conmoción cerebral al igual que no todos van a trabajar con fiebre o con dolores, pero hay imágenes que se te quedan grabadas  "Larry recuerda perfectamente cómo su padre volvió una noche cojeando y con un tobillo hinchado y negro por culpa de un accidente laboral. A la mañana siguiente tenía el doble del tamaño normal, pero su padre aflojó los cordones de las botas, se calzó y se fue cojeando al trabajo. Aquella imagen dejó una huella indeleble en su hijo, que llegó a la conclusión de que era una herejía no ir al trabajo aunque uno estuviera lastimado" en mi caso es la imagen de mi madre con la pierna escayolada y yendo a trabajar.

   

  El libro también relata la lucha de Magic contra el Sida, la incomprensión y el miedo de algunos de sus compañeros, la decepción de ver que quien creías que era tu amigo realmente no lo era, la falta de información en aquella época y los pocos medios disponibles para los enfermos, pero siempre hay esperanza y los milagros existen aunque los escépticos los llamen de otra manera.

Por último os dejo las palabras de Magic "En nuestra época recurrías a los veteranos y les pedías consejo. Aprendías de ellos. Me molesta que los jóvenes no tengan el suficiente respeto para hacerlo hoy. Se creen que lo saben todo y además piensan que somos de la vieja escuela, como si practicasen un juego diferente al nuestro. No se dan cuenta de que el baloncesto es el baloncesto "