miércoles, 29 de junio de 2016

Ni gatos ni fórmulas


¿Cómo vivirías si tu memoria durase 80 minutos, si cada 80 minutos el botón de reset se activase automáticamente? pues ésa es la vida del profesor protagonista del libro "La fórmula preferida del profesor" que acabé ayer de leer. Es la historia de un profesor de matemáticas cuyos recuerdos acaban en 1975, pero su vida sigue y se ve obligado a reinventar su realidad cada 80 minutos a causa de un accidente. Las matemáticas son el puente entre su enfermedad y el mundo, esto es posible gracias a la ayuda de su asistenta y al hijo de la asistenta que es un apasionado del béisbol y juntos construyen un universo de compatibilidades donde la compasión y el cariño están muy presentes.

 Leyendo este libro recordé otro "El gato que venía del cielo" que acabé de leer en la playa hace ahora un año. Básicamente, como su título indica trata de un gato, Chibi, el gato de los vecinos al que los protagonistas, una pareja que vive de alquiler,  tratan como si fuese suyo a pesar de que el gato no es para nada cariñoso y luego cuando pasa lo que inevitablemente tiene que pasar,  lo echan de menos. La verdad es que no lo entiendo, no entiendo el éxito de la fórmula ni mucho menos al gato y mientras vuelvo a escuchar cuentos chinos para niñas del Japón agradezco la intención del que me los regaló, pero...

sábado, 25 de junio de 2016

El instante de peligro


Hay momentos en los que los platos rotos ya no se pueden volver a pegar, en los que la vajilla se ha hecho añicos, en los que aceptar la derrota parece lo más razonable y sin embargo me niego a creerlo, me niego a dejar de luchar. El instante de peligro habla de esos momentos de esos turning points, como dirían los ingleses aunque ya no quieran cuentas con Europa, de la importancia de las imágenes y de la memoria. Es una novela que hace reflexionar sobre el sentido de hacerse preguntas, aunque, a veces es mejor no saber, la verdad puede doler demasiado y en el fondo algunas preguntas no son más que el reflejo de miedos e inseguridades disfrazados de curiosidad.

La verdad es que cuando empecé a leerlo no sabía qué frase subrayar porque cada frase es una obra de arte, el problema viene después cuando te adentras en la historia y empiezas a descubrir que las cosas no son lo que parecen, cuando interpretas como resta lo que el autor dice que suma, cuando la grabación de una imagen estática parece una pérdida de tiempo por más que lo quieran vender como cine experimental. Si lo que quieres es recordar, ¿no sería más fácil hacer una foto y mirarla el tiempo que quieras? Toda esta teoría de la imagen estática y en movimiento está muy bien pero no deja de ser pasado y el pasado no se mueve.

¿Quiénes somos realmente? ¿nos dejamos ver? ¿queremos que nos vean? estas son otras de las cuestiones que plantea el libro y he de reconocer que me las había planteado ya antes. Lo que somos va más allá de lo que hacemos o decimos, queda por encima de todo eso, pero al tratar de racionalizarlo todo, nos perdemos. Esta novela también me hace pensar en el karma, en los giros de la vida y en la posibilidad de haber sido alguien que ya no eres ¿hasta que punto nos habla una imagen? ¿qué es la normalidad? ¿qué es el arte? ¿podemos ser arte?  Y dicho esto,  termino con una frase de Pascal "El corazón tiene razones que la razón desconoce"