martes, 31 de mayo de 2011

Martes con mi viejo profesor


Imagina que tienes una enfermedad terminal, que sabes que vas a ir a peor, que cada vez vas a poder hacer menos cosas y que te queda muy poco tiempo ¿Cómo reaccionarías?, ¿Qué harías? Pues eso es, precisamente, lo que le ocurre al protagonista  del libro que pone título a esta entrada. Ese hombre es un ejemplo a seguir, pero yo creo que no tendría tantas fuerzas como él. Por muy optimista que quieras ser, en una situación así es muy difícil mantener el tipo, y ya si hablamos de hacer balance no sabría qué decir, todo depende de tantos factores.  ¿Qué decide qué merece la pena y qué no? es muy complicado. Como suele decir S: Qué por nadie pase!

1 comentario:

Anónimo dijo...

El optimismo en ciertas situaciones solo cabrea...