Reír, soñar, soñar que despiertas, practicar la escalada, volver a dormir, despertar en la misma posición, despertar en otro sitio, preguntarte cómo llegaste allí, cerrar los ojos, y otra vez el mismo ruido, las mismas manchas en la pared, las mismas preguntas de siempre, las mismas respuestas, los mismos anhelos. Aquellas risas de congelador y aquellos llantos amargos que tenías olvidados, aquellos a los que ya no les das demasiada importancia, todo en su justa medida, la medida de los vasos vacíos, de las noches en vela. Pero hoy ya es otro día, como otro día será mañana y así sucesivamente.
jueves, 26 de febrero de 2009
Risas de congelador
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2 comentarios:
La última frase es filosófica. Tú sabras que medicamentos tomas.
Venga, mujer, que en dos días más acabas con los cocos y vuelves a la vida civil. Bueno, mi consejo es que te lo tomes con calma. Eso, mañana será otro día.
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