miércoles, 4 de marzo de 2009
La última (surrealista)
Cielos grises, sueños inalcanzados y una carta por leer, la última, la última sílaba, la última letra, el último punto. Sólo una más por favor, ésta sí que es la última. Y de repente, la cola empezó por el final y todo cambió. La mesa estaba en el techo, yo pisaba el techo como si fuese el suelo. El techo estaba hecho de nubes, eran nubes que se desvanecían, pero no podía caer al suelo porque el suelo estaba por encima de mi cabeza, sólido y distante. Tanto tiempo deseando alcanzar la luna, tantos días imaginando cómo sería el cielo y ahora me evaporo entre nubes tormentosas, en un cielo iluminado por un sol inclemente, en el vacío de las noches sin azules. Azul...Sólo una por favor, la primera y la última, pero la última es la anterior a la siguiente última, y ésta a su vez de la anterior a la última, y así sucesivamente hasta formar un bucle infinito.
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2 comentarios:
No te quejes que a mí, ayer, después de tantos años, la camarera me puso...bifiter. Pa' que veas.
¿Has indagado en el conocimiento de los sueños? Es algo apasionante. En una época me dediqué a ello y no veas todo lo que aprendí sobre mí misma y sobre la gente en general, ya que en sueños no somos tan diferentes. Por otra parte, al transcribirlo a palabras, también intervenimos. Curioso. Un libro: El sueño lúcido.
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