Ayer por la tarde terminé de leer Los girasoles ciegos de Alberto Méndez, son cuatro historias de la posguerra enlazadas entre sí, la que más me impresionó fue la segunda(Segunda derrota 1940: Manuscrito encontrado en el olvido), aunque las otras tres tampoco tienen desperdicio. Es un libro que transmite sentimientos. Al leerlo pensé que en la guerra todos pierden incluso los vencedores y nadie debería ser juzgado por sus ideas. Las guerras civiles son peores que las otras, iluminan el lado oscuro de cada uno. Con guerra o sin ella quien pierde la ilusión lo pierde todo. Sólo hay una cosa que no me convence del libro y es que sólo se ve una cara de la moneda. Puede ser que ni todos los buenos sean buenos ni todos los malos sean malos y seguro que de ambos bandos hay historias para no dormir, en fin, yo no soy quien para juzgar a nadie. En un mundo perfecto no existirían las guerras y todos viviríamos felices y comeríamos perdices como en los cuentos, pero ese mundo perfecto, sencillamente, no existe.
Os dejo algunos fragmentos:
"Tendremos que elegir entre ganar una guerra o conquistar un cementerio"
"Se considera a sí mismo un círculo cuadrado"
"El invierno es una caja cerrada donde se atropellan las tormentas de nieve"
"¿Donde estará el cielo de las vacas?"
"Cuando algo es inexplicable, aventurar una razón plausible es lo mismo que mentir porque los que necesitan administrar verdades suelen llamar a la confusión mentira."
"El silencio es un espacio, una oquedad donde nos refugiamos pero nunca estamos a salvo. El silencio no termina, se rompe; su cualidad fundamental es la fragilidad y el epitelio sutil que lo circunda es transparente: deja pasar todas las miradas"
"Lo imborrable de aquel piso serán siempre las ventanas que acechaban siempre nuestras vidas"
8 comentarios:
Eres una devora-libros :)
Vale, eme, durante tres años, del 36 al 39, los dos bandos con sus historias para no dormir, la guerra es la guerra, y más guerra aún, más asquerosa aún, una guerra civil. pero, amiga, a partir del 39 todo es para un bando solo, todos los fusilamientos, todos los robos de niños, todas las torturas y todas las humillaciones. Esos cuentos no son de la guerra, son de la posguerra. Es decir, tres años igualados, y cuarenta de triunfo para unos y de dolor para otros. Un poco desproporcionado, ¿no? A veces no me gusta la falacia de la ecuanimidad. El libro no tiene un defecto, ha elegido una mirada, un punto de referencia, el de los que estaban sufriendo allí, en ese momento, no el de los vencedores.
Jodidas historias. Como la vida. ¿Pero quién ha dicho que no vale todo en la guerra?
Clares,no creo que hoy en día maten a nadie por ser republicano, por lo menos en España. En fin, el libro está muy bien, la verdad es que me ha gustado. Me recuerda un poco al de Rivas.
Salva, ya conoces el dicho tanto en el ...como en la ... todo vale.
no sé si es el segundo el que más me gustó a mí... ¿es el del hombre que está en el monte con el bebé? ese fue el que más me gustó a mí. Lo compré en la feria del libro este año. Me gustó pero no me apasionó... no sé, está pelín sobrevalorado, a mi entender.
El lápiz del carpintero me gustó mucho más.
Besos
Uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo
Dita, sí, es el del hombre que está en el monte con el bebé.
Jm,me alegro de que estés de nuevo por aquí.
a mí me encantó, no sólo por la realidad de la posguerra que narra, sino por la forma, el cuidado uso de la palabra, los símbolos las metáforas.
La historia que más me gustó a mí fue la del encarcelado fingiendo que ayudó al hijo del que lo juzga y como le puede la mentira cuando observa a un joven morir, son increíble las reflexiones sobre las palabras, sobre el silencio sobre las mentiras.
Muy bueno
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