Hoy he vuelto a buscar la noticia de ayer y esta vez sí la he encontrado. Me llamó la atención porque en Tokio ya no nos quiere, una novela de Ray Loriga que me regalaron hace unos meses, hablan de un futuro en el que las personas para borrar los malos recuerdos lo único que tienen que hacer es comprar pastillas y tomárselas. Cuando leí el libro pensé que a lo mejor eso era posible, seguro que con un millón de efectos secundarios, (basta con ver los efectos secundarios de la aspirina) pero al fin y al cabo posible a largo plazo. Sorprendentemente ese futuro distante, que parecía que nunca llegaría, resultó estar a la vuelta de la esquina.
5 comentarios:
La realidad de Tokio ya no nos quiere también es ésta.
que cojones en el futuro. Ahora depende del color. Ypunto.
Para mí no se ha hecho esto. Mis recuerdos los quiero todos, buenos y malos, que yo ya me los elaboraré como buenamente pueda para disfrutarlos y para pensármelos.
En mi opinión la vida perdería su esencia si pudiésemos borrar los recuerdos, aunque fueran los malos.
El concierto bien, cada vez tocan mejor aunque aún tienen que mejorar cosillas. Lo único que me fui casi en cuanto acabaron (apenas oí un par de canciones del otro grupo) porque estaba hecho polvo y además al día siguiente madrugaba para ir a correr.
Leandro, gracias por tu visita.
Supersalvajuan, no llego a tu nivel de abstracción.No sé a qué te refieres con "Ahora depende del color", del color¿de qué?,¿del color de las pastillas?, ¿del color de las cosas?, ¿de la forma en la que se miran las cosas?,¿del azul?,¿del verde?...¿de qué?
Clares y Carlitros, pues yo igual suprimiría el miedo si no tuviera efectos secundarios
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